Instituciones prácticas de los juicios civiles, así ordinarios como extraordinarios, en todos sus trámites, según se empiezan, continúan y acaban en los Tribunales Reales
La obra se presenta encuadernada en pergamino, con cierres de cuerdas originales. Su autor es Juan Acedo-Rico y Rodríguez (1760-1821), un jurista español que formó parte de la Corte de Carlos III y que también fue abogado del Consejo de Castilla. El primer tomo incluye una Dedicatoria a la Reina y un Prólogo que hace una fuerte defensa de la necesidad de los juicios civiles. El tomo continúa con un capítulo dedicado al origen de las leyes de España y abunda en detalles sobre la demanda civil y sus partes y sobre la sentencia definitiva y sus efectos, entre otros tópicos. La Segunda Parte trata, por ejemplo, la ejecución de las sentencias y la tercera, los excesos de los jueces ejecutores. El volumen dos presenta una secuencia de dedicatorias que muestra parte del entramado de relaciones y reconocimientos del mundo jurídico argentino de fines del Siglo XIX y principios del XX. En marzo de 1879 el diplomático y juez federal de Salta y Jujuy, Benjamín Figueroa (1849-1905) recibe el volumen, el que será entregado al afamado jurisconsulto correntino Lisandro Segovia (1842-1904) en junio de 1894, cuatro años después de haber participado con Figueroa en la comisión reformadora de la Constitución Nacional de 1890. Deberán pasar cuarenta años (agosto de 1934) para que Lucila Segovia entregue al eminente jurisconsulto Jesús H. Paz el ejemplar que finalmente se atesora la Biblioteca Histórica de la USAL.
Instituciones prácticas de los juicios civiles, así ordinarios como extraordinarios, en todos sus trámites, según se empiezan, continúan y acaban en los Tribunales Reales / por el Conde de la Cañada gobernador del Consejo, y Cámara de Castilla. 2a ed. Madrid : Oficina de don Benito Cano, 1794. 2 v. ; 4º (30 cm.). Colección Paz.